Ya Alexander Laborde, cuando visitó Mérida entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, dejó constancia de la existencia de una colonia de cigüeñas blancas en el acueducto romano de <
No se conoce exactamente la evolución de esta colonia, pero sí que llegó a desaparecer en los años ochenta del siglo XX. En 1990 ya no quedaba ningún nido. El descenso de estas aves era generalizado en toda la península ibérica y Mérida no quedaba al margen: en 1957, había 67 parejas; en 1989, cuatro.
Puestas así las cosas, ornitólogos emeritenses decidieron recuperar esta colonia tan emblemática e instalaron cinco nidos artificiales, construidos con sarmientos de vides, en lo alto del acueducto, en 1991. El éxito fue rotundo, ya que volaron ese año cinco cigoñinos. Años antes, habían instalado el primer nido artificial para cigüeñas blancas de España, en lo alto del ayuntamiento emeritense, pues el original fue derribado (lo que, aunque ilegal, era entonces frecuente). Era 1980 y el alcalde Martín López Heras, un hombre bueno.
Después de unos años de bonanza, la colonia de este emblemático monumento vuelve a estar en una situación preocupante. Este año sólo han criado cuatro parejas y algunos nidos han desaparecido, sin poderse precisar si por causas naturales, meteorología, o por <
FONDENEX va a proponer a la Dirección General de Sostenibilidad y a la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura la instalación de una decena de nidos artificiales para intentar recuperar la colonia de cigüeñas. Estas aves sobre el acueducto es sin duda uno de los mayores reclamos turísticos de la ciudad. Por otra parte, al instalar los nidos en lugares previamente prefijados, sobre los pilares del monumento y no sobre los arcos de ladrillos, se evita que el peso del nido pueda dañar dichos arcos, la parte más débil de la conducción, con lo que se protege el monumento de forma eficaz. Un nido nuevo de cigüeña blanca pesa entre 50 y 100 kg habitualmente, pero si es utilizado durante muchos años, puede alcanzar 250, estando el record en 500 kgs.
Recuperar la maravillosa visión de estas aves sobre las piedras bimilenarias de Los Milagros, es un reto para todos, asegura la asociación.