La Asociación oliventina 'Limbo Cultura' y la Diputación de Badajoz, organizan en colaboración con 'la Mirzo Music Foundation Extremadura', 'The Dignity Road-La Ruta de la Dignidad', en la que se incluye una recogida de instrumentos nuevos o usados para las victimas de la guerra del Kurdistán sirio, una proyección documental, y un concierto.
Esta iniciativa que tendrá lugar los días, 14 y 15 de diciembre, persigue la creación de espacios culturales en zonas devastadas por la guerra en el Kurdistán sirio, con los que ayudar a las víctimas a reconstruirse, a través de la música.
La primera actividad es la donación de instrumentos nuevos o usados, que ya se está llevando a cabo y que se puede realizar, a través de 'Limbo Cultura' hasta el 15 de diciembre, y que permitirán trabajar tanto en los campos de personas refugiadas, como en la escuela de música que 'Mirzo Music Foundation' tiene en Khanasore (Kurdistán sirio), donde se trabaja en "crear algo nuevo, diferente y bonito, lejos de la realidad del día a día", detalla la Asociación 'Limbo cultura' en nota de prensa.
El sábado 14 de diciembre, en el Museo Etnográfico Extremeño 'González Santana', a las 18,00 horas, tendrá lugar la proyección y posterior tertulia en torno al documental 'Armonías para después de la guerra', en el que se muestra como sobre las ruinas dejadas por la guerra, músicos, poetas, profesores y decenas de chicos vuelven a tocar instrumentos que reemplazan los ruidos lacerantes de la violencia.
El domingo, 15 de diciembre, a las 18,30 horas, en la capilla del Convento San Juan de Dios, se ofrecerá un concierto que fusiona músicas de Oriente y Occidente de la mano de Ibrahim Keivo y Gani Mirzo, así como del grupo el gran guitarrista Juan Jose Barreda, la cantante argelina Neila Benbey y los músicos españoles Fran Lasuen y Josean Martin, además de escuchar instrumentos como buzuq, saz, jumbush, Ûd, bouzouki, violín y guitarra flamenca.
'Mirzo Music Foundation' creada por Gani Mirzo, nació tras la visita de este músico a su tierra natal, Rojava, en el Kurdistán sirio durante su estancia, visitó varios campos de personas refugiadas y allí supo reconocer y valorar el poder de reconstrucción de la música.
