Las personas con sordoceguera que viven en Extremadura reclaman su plena inclusión en la sociedad y recuerdan sus necesidades especiales para poder ser ciudadanos de primera. En un acto celebrado en Cáceres, una persona con sordoceguera y una mediadora han presentado la imagen de los cinco millones de cupones que la ONCE dedica al Día Internacional de las Personas con Sordoceguera, para dar así visibilidad a esta realidad social, aún muy desconocida.
La sordoceguera es una discapacidad única que surge como consecuencia de la combinación en una misma persona de una discapacidad visual y auditiva. Afecta a 15 de cada 100.000 habitantes, por lo que, en España, a falta de un censo definitivo, incluye alrededor de 9.000 personas, de las que más de 3.200 están afiliadas a la ONCE.
Se trata de un grupo muy heterogéneo, dado que algunas personas sordociegas no oyen ni ven nada, mientras que otras pueden tener algún resto de visión o audición en diferente grado. Asimismo, la sordoceguera puede ser congénita o adquirida.
Los problemas de comunicación son los más destacados a los que se enfrentan en su día a día, pero no constituyen las únicas necesidades con las que se encuentra una persona cuando convive con la sordoceguera. La combinación de las dos pérdidas sensoriales repercute en muchos otros aspectos vitales que, en ocasiones, limitan su desarrollo personal en los diferentes ámbitos de la vida.