Organizaciones agrícolas, autoridades regionales y agentes empresariales del sector del tabaco se han reunido este miércoles en Cáceres para celebrar la II Plenaria Anual de la Mesa del Tabaco, donde se ha debatido sobre el impacto económico y social de este cultivo y los retos que enfrenta el sector, como la futura regulación que podría poner en riesgo más de 2.100 empleos en Extremadura, principalmente en el norte de la provincia de Cáceres.
Durante el encuentro, que ha tenido lugar en el Gran Hotel Don Manuel, se ha desarrollado una mesa redonda moderada por Águeda García-Agulló, directora de la Mesa del Tabaco, con la participación de Ángel García Blanco, presidente de Asaja Extremadura; Ángel Pacheco, presidente de Cooperativas Agro-Alimentarias de Extremadura e Ignacio Huertas, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Campesinos de Extremadura.
Según datos de Cetarsa, el sector del tabaco ha alcanzado en la última campaña una producción de 21 millones de kilos, un dato que marca la vuelta a la normalidad tras las dificultades enfrentadas en 2023, cuando las condiciones climáticas adversas perjudicaron significativamente las cosechas.
Este incremento del 65% respecto al año anterior consolida a Extremadura como la principal región productora de tabaco en España, con el 98% del cultivo nacional, y una de las más relevantes de Europa, al aportar cerca del 20% de la producción comunitaria de hoja de tabaco. El cultivo de tabaco no solo representa un motor económico en la región, sino también una herramienta clave para la cohesión social en las comarcas tabaqueras del norte de Cáceres.
Más de 2.100 empleos directos a jornada completa dependen de esta actividad, que garantiza el sustento de 3.000 familias. Además, el sector juega un papel crucial en la lucha contra la despoblación rural, ya que atrae a las nuevas generaciones: uno de cada cuatro cultivadores tiene menos de 40 años y más de la mitad no supera los 50, lo que supone un contraste positivo frente al envejecimiento que afecta a otras actividades agrarias.
Asimismo, el compromiso con la sostenibilidad ha sido otro de los aspectos destacados en el evento. Los agricultores extremeños implementan prácticas innovadoras y responsables como la rotación de cultivos, el uso de biomasa para el curado de las hojas y la optimización del consumo de agua en el riego.
Estas iniciativas no solo mejoran la eficiencia productiva, sino que también posicionan al sector como un modelo de referencia en la agricultura sostenible a nivel europeo. Preocupación por las consecuencias del empaquetado genérico Durante el acto también se abordaron los desafíos regulatorios que enfrenta el sector del tabaco, destacando especialmente la posible implementación del empaquetado genérico en España.
Según un informe de la consultora AFI, esta medida podría reducir la aportación del sector al PIB extremeño en un 23,1%, lo que se traduce en una pérdida económica anual de 24 millones de euros. Además, se ha alertado del riesgo para 450 empleos directos en la región, así como del impacto negativo en empresas auxiliares y en el tejido económico local, particularmente en las zonas rurales, donde el tabaco es un motor clave de desarrollo.
El sector del tabaco en Extremadura genera actualmente más de 100 millones de euros de actividad económica anual y tiene un impacto positivo en los municipios donde se cultiva, que registran un ingreso familiar 1.400 euros superior y una tasa de desempleo 5,7 puntos porcentuales inferior frente a localidades sin actividad tabaquera, lo que evidencia su papel en la cohesión y progreso regional.
Además, se ha resaltado que experiencias previas en otros países han demostrado que el empaquetado genérico resulta ineficaz, fomentando el comercio ilícito y reduciendo la competitividad del sector. Ante esta situación, los ponentes instaron a las instituciones nacionales a considerar el impacto económico y social de esta regulación en regiones como Extremadura.