El Tribunal condena a los herederos del dictador a desalojar las torres pero les reconoce el derecho a ser resarcidos por los gastos que acometieron desde 1975 para conservar el edificio. Los jueces descartan que la familia Franco tuviera mala fe en la posesión porque "nunca fueron requeridos por la Administración para que le entregasen el pazo" y porque "llevan más de cuatro décadas utilizándolo de forma pública, pacífica, ininterrumpida y en concepto de dueños".
Sin embargo, Benito Portela, alcalde de Sada, ha confirmado en Más de Uno Coruña que el Ayuntamiento reclamará que no se les indemnice. Entienden que "sí actuaron de mala fe porque conocían las dos escrituras".
Contra la resolución de la Audiencia Provincial cabe recurso de casación o extraordinario por infracción procesal ante el Tribunal Supremo.
Se da la casualidad de que precisamente hoy ha prestado declaración por videoconferencia desde Betanzos a un juzgado de Madrid el autor del libro "Meirás: un pazo, un caudillo, un espolio". La familia Franco le acusa de injurias por sus declaraciones en un programa de televisión. Carlos Babío considera "el mundo al revés" que le acusen de calumnias cuando sus investigaciones dieron pie a la devolución del pazo.