Creo que el Barsa le viene haciendo mucho “daño” al fútbol. Me explicaré. Hace años los Messi, Xavi, Iniesta… que nos enamoraron con su tiki-taka, crearon un problema. Lo que había surgido como algo de futbolistas extraordinarios, se lo quisieron apropiar un montón de entrenadores que carecían de los jugadores que exigía ese sistema. Craso error.
Si eso ocurrió, y aún ocurre, con el tiki-taka, ahora los culés nos vuelven a deslumbrar al dar a luz en la élite a críos de un altísimo nivel. La irrupción en el Barsa de los Gavi, Pedri, Lamine Yamal… hace que otros clubs pretendan emularlos, pero los culés, en eso, juegan una liga aparte.
Es tal el nivel de su base, que se pueden permitir el lujo de tener a esos chavales de titulares en el primer equipo, de proporcionar a la española ocho juveniles para el Mundial Sub-17 y de colocar al Barsa B en el podio de la Primera RFEF, con una media de 19/20 años. Los que han descubierto tanto talento se merecen un bien ganado homenaje. Me apunto.
Pero ¿es el Barsa el espejo en el que mirarse el Depor de cómo tratar el ascenso de sus joyas de la cantera, que, a otro nivel, también las tiene?
Yo entiendo que debería ser difícil para un jugador conseguir incorporarse a un equipo de categoría superior al de su edad. Por eso no se le puede regalar. El rico refranero nos apunta que “no por mucho madrugar amanece más temprano”. Y eso se le puede aplicar en múltiples ocasiones al jugador de fútbol. Adelantar los pasos no siempre es lo mejor. Debe ser una excepción.
Hacerles fácil el ascenso de categoría es pasar el problema a la fase siguiente. Por eso se hace necesario modificar el sistema que hoy está propiciado en cascada porque el Deportivo tira, sin sentido, de numerosos jugadores del Fabril, lo que hace que el filial haga lo propio con los juveniles...
Un caos que tiene su razón de ser en tratar de engañar a la afición que es real el interés por la cantera. La prensa amiga publicita que son cada día más los fabrilistas que se desplazan con el Deportivo, cosa cierta, pero engañosa. Hasta tal punto que esos canteranos, si la conociesen, entonarían en el autocar del club, en tono jocoso, aquella vieja canción de mi niñez: “que buenas son las Madres Ursulinas, que buenas son que nos llevan de excursión”… porque jugar, jugar, bien poco.
Aunque llegue tarde, es preciso modificar el trato con los “pescados en Abegondo”, porque es muy posible que sea una de las poderosas razones por las que, en la plantilla actual del Depor, no se encuentren representadas ¡17 “camadas”! desde Makaay a Yeremay, curiosamente las que han sido calificadas como las mejores de la historia del club.
Se hace necesario profundizar en cómo los estamos tratando, porque es posible que, por querer dar una falsa imagen de interés por ellos, los (y nos) estemos perjudicando.¿Tiene sentido llevar -aprovechando que se pueden vestir infinidad de futbolistas- a cinco canteranos para que sólo uno juegue los últimos minutos y el resto no pueda jugar con el Fabril?
Un buen ejemplo de lo mal que se están haciendo las cosas se acaba de producir en Irún. José Ángel, único medio centro, estaba sancionado y lo sustituyó un defensa central. Estoy seguro que, al conocer la alineación, Jairo y Ruben López, se habrán mirado y se habrán preguntado: “¿cuándo vamos a jugar en este equipo?”
A la vista de esos hechos, no es de extrañar que unos se hayan marchado cansados de calentar banquillo en el Depor y otros de permanecer años en el Fabril. Los juveniles llegan al filial muy pronto, debido a que algunos fabrilistas hacen bulto en el primer equipo, pero éstos, si no juegan -no que figuren entre los convocados- se van. A los 20 años los hemos aburrido en el Fabril y se marchan desilusionados a intentar triunfar en otro club. Y algunos lo hacen.
El club proclama, una y otra vez, que la cantera es la piedra angular del proyecto. Por eso “alguien”, y con razón, nos está castigando por haber cometido los delitos deportivos de despedir dos veces a Fernando Vazquez -entendería de otra forma el sistema de ascenso de los jugadores si fuese nuestro líder técnico, porque él sí cree en ellos- y de prescindir de “El Flaco” Valerón, que tendría que ser el maestro, el gurú, nuestro Cruiff. ¡Qué pérdidas tan grandes!
Sin ellos, intentar copiar al Barsa es una mala solución. Los nuestros han apostado por los veteranos, aunque somos muchos los que vemos a los Villares, Yeremay y Mella como las auténticas esperanzas blanquiazules para vencer en el Mini. Será un encuentro con tintes de decisivo, ante un jovencísimo y gran rival que nos lleva siete puntos. ¡FORZA DEPOR!
Augusto César Lendoiro.
Ex-Presidente R.C.Deportivo.