La semana pasada Borja Jiménez viajó a Majadahonda con ultimátum. Ultimátum que no le dieron ni el presidente, Antonio Couceiro, ni el Director General, David Villasuso, que una vez más optaban por proteger al entrenador. Ultimátum vinculado a una derrota. No hubo derrota, se quedó en empate. Eso sí, la rueda de prensa de Borja Jiménez en la previa del partido, con Borja repartiendo culpas a todo el entorno del Deportivo, a lo Van Gaal, con el todo negativo y nada positivo, llegando incluso a hablar de estar solo de aquí a mayo en el camino hacia el fútbol profesional, no ayudó nada al entrenador.
Por eso, ya después del partido y durante el lunes se ejecutó la orden de despido desde la propiedad del club. Y en la mañana del martes, en un encuentro en el estadio de Riazor, con la presencia de Couceiro, Villasuso y Juan Jiménez, le comunican a Borja Jiménez que deja de ser entrenador del Deportivo, con la correspondiente carta de despido. Falta por resolver, a esta hora, el finiquito y sus cantidades, pero Borja Jiménez y su ayudante Álex Martínez ya son historia en el Deportivo.
Y ahora toca esperar por la oficialidad de su sustituto. La propuesta a la propiedad va a ser Óscar Cano, entrenador con el que ya hubo reunión tras el fracaso contra el Albacete. Entonces, David Villasuso había ordenado a Rosende y Juan Jiménez tener un plan B, por si acaso en la propiedad, con Escotet y sus circunstancias personales, no daban conformidad a la continuidad de Borja Jiménez, tras la derrota ante el Albacete. Eso sí, y todo esto, con Villasuso poniendo la carne en el asador para que continuara Borja Jiménez. Sigo diciendo que el salvoconducto para la confianza del director General estaba en que algunos jugadores del Deportivo estaban enfermos el día del partido contra el Albacete y eso impidió que rindieran como se necesitaba para superar la eliminatoria y volver al fútbol profesional.
Al final, desde la propiedad se dio conformidad a la continuidad de Borja e incluso Borja también quiso seguir, pese a que hubo algún allegado que le recomendó poner punto y final a su etapa en el Deportivo. Ahora se retoma la opción de Óscar Cano, apuesta que viene de la mano de Juan Jiménez. Óscar Cano fue entrenador, entre otros, del Castellón. Allí tuvo de segundo a Fernández Romo, que después fue entrenador del Cornellá con Juan Jiménez. Y Romo siempre le habló maravillas de Cano a Juan Jiménez.
Cano conoce, además, a varios jugadores del Deportivo. El año pasado coincidió en Badajoz con Isi Gómez y con Gorka Santamaría. O antes, en el Castellón, con Lapeña o Rubén Díez.