La actualidad deportivista ha estado marcada por los resultados favorables a nuestro objetivo de ascenso directo y las preciosas palabras de Martiño Rivas .
Hace un mes publicaba “Depor, nada está perdido. No lo regalemos nosotros”,en , plena desazón, tras los empates en Linares y ante el Castilla en Riazor y la derrota de Leon. Entonces la diferencia de puntos con el título era mayor. El Alcorcón nos llevaba cinco puntos (hoy solo dos) y el Racing, que nos superaba en uno, tiene que vencer en Córdoba para mantener aquella situación. Solo mejora el Castilla, al que entonces le llevábamos un punto y ahora nos lo lleva a nosotros.
Hoy, después de tres triunfos en Riazor, y a pesar de solo conseguir un empate a domicilio, el título se ve más cerca, aunque puede ser engañosa la apreciación porque casi todo nos lo vamos a jugar contra los rivales por el ascenso y, de forma muy especial, en el fortín coruñés contra el Alcorcón, en un partido de seis puntos… o de siete si valoramos el gol average.
En un alto tanto por ciento dependemos de nosotros mismos para alcanzar el único objetivo de la temporada: el ascenso directo a la liga profesional. Estoy tan convencido que le pondré fecha a la celebración del título, que será la prolongación de uno de nuestros más grandes éxitos.
Sería espectacular que celebrásemos el ascenso en Riazor el 20 de mayo, al finalizar el encuentro ante el Algeciras, justo el día siguiente del 23 Aniversario de conseguir ante el Español el título de campeones de Liga. Sin duda algo precioso y con cierto paralelismo entre ambos acontecimientos. Me explicaré.
También en 2000:-¡qué fecha el cambio de siglo para celebrar tal acontecimiento!-varios equipos peleaba por el título: Deportivo, Barsa, Madrid, Valencia y Zaragoza, mientras hoy luchan con nosotros por ese ascenso el Alcorcón, Castilla y Racing.
Otra similitud era que, al igual que ahora, los resultados de las últimas jornadas no eran demasiado convincentes. Eso hizo que apareciesen los fantasmas cel Súper Depor de 1994, cuando se decía que los empates eran buenos, hasta que la igualada contra él Valencia nos hizo vivir la más cruel tragedia futbolística mundial.
Para evitar que se repitiese algo similar tomé una decisión, tan excepcional en mi como que lo hice por primera vez, y última, en los 25 años que fui presidente del Deportivo. Le pedí el OK a Irureta para hablar, antes de un entrenamiento en Acea da Más, cinco minutos con los jugadores para tratar de hacerles ver que, como ocurre en este momento, éramos los favoritos, porque teníamos la mejor plantilla… si nos lo creíamos. Que no nos pasase como en aquel 1994 tristemente histórico. No sé si aquello sirvió para algo, pero la realidad fue que se alcanzó el objetivo. Quizás no fuese malo que alguien lo repitiese en Abegondo. No se pierde nada.
El ascenso sería una de esas efemérides que ayudan a que un joven y destacado actor reflexione con la profundidad de Martiño Rivas en “Martinez y Hermanos”:
“La patria de uno es la infancia y gran parte de mi infancia está ligada al Depor. Para mi fue una forma de quitarme muchos complejos. Luego, a lo largo de mi vida, nos permitió soñar y no mirar hacia arriba a la hora de relacionarnos con otra gente, que en principio… Con Madrid, que siempre hay complejos en Galicia, el Depor nos mostró que podíamos mirar cara a cara e ir al cuerpo a cuerpo con cualquier equipo de España.”
Antes de cualquier otra valoración tengo que decir que las palabras de Martiño Rivas, sobre lo que le había supuesto el Deportivo en su juventud, me impactaron y me han emocionado. Es difícil decirlo con palabras tan profundas como bonitas. Bien es cierto que de casta le viene al galgo, hijo del gran Manuel Rivas, del que escuché nombrar su “heredero” al sin par Don Gonzalo Torrente Ballester, cuando ya las piernas comenzaban a fallarle, pero la cabeza le regía mejor que nunca.
Y digo que me emocionaron, porque todos mis compañeros del directiva hemos pretendido siempre hacer llegar ese mensaje, no con palabras tan brillantes como las de Martiño, pero exactamente con el mismo fondo filosófico, en nuestra pretensión de alejarnos de esa falsa modestia gallega de decir que saltamos 1,90m. cuando superamos los 2,20m. y así garantizar que nunca fallamos.
Martiño merece el reconocimiento de todos nosotros por su encendido y precioso discurso. Él encarna, desde mi modesto punto de vista, el más valioso sentimiento blanquiazul Me declaró un “martiñista” mas. Un ferviente seguidor de esa línea que, con otras palabras, hemos pretendido hacer ver lo que era el deportivismo. Mi, nuestra satisfacción, es que la la semilla ha prendido. Estamos en primavera. “Solo” nos queda celebrar el próximo 20 de mayo que el Depor sigue ilusionando.
Augusto César Lendoiro
Ex-Presidente R.C.Deportivo.