Las defensas de los cinco acusados de la muerte violenta de Samuel Luiz apelan al jurado para que revise las pruebas y los testimonios presentados en el juicio de manera que puedan justificar sus decisiones. El abogado de Alejandro Míguez, Manuel Ferreiro, insiste en que no hay nada que lo inculpe y dice que estar en el paseo marítimo en aquel momento no es un delito. Además, rebate a la fiscal e indica que lo sucedido aquella noche no fue una cacería. Plantea para su defendido la libre absolución o un delito de lesiones.
La defensa de Alejandro Freire, el joven acusado de agarrar por el cuello a Samuel, mantiene que su defendido no tenía intención de matar a la víctima. David Freire limita su ataque a cinco segundos y lo desvincula de la agresión grupal. Frente a la calificación del fiscal de asesinato con ensañamiento y alevosía, plantea que se trata de un homicidio con delito de lesiones.
El abogado de Kaio Amaral mantiene que ninguna prueba demuestra que su defendido agredió en ningún momento a Samuel: en todo caso, valora que su defendido reconoce haberse llevado el teléfono móvil de la víctima, por lo que se enfrenta a la mayor condena, de 27 años de cárcel.
El abogado de la única mujer acusada, Catherine Silva, dice que esperaba que la Fiscalía retirase la acusación porque nada prueba que participase en la agresión y dirige su acusación a Lina, la amiga de Samuel a la que acusa de falso testimonio.
Con estas alegaciones finales y la del abogado del principal acusado, Diego Montaña, remata un mes de juicio en la Audiencia Provincial de A Coruña. El lunes la jueza entregará al jurado el objeto del veredicto para que empiece a deliberar.