La combinación entre el cambio climático y el fenónemo de El Niño han dejado sus consecuencias en Galicia. Por eso, Francisco Infante destacó el invierno pasado por lo extremadamente cálido que fue, el más cálido desde que hay registros en 1961, porque la temperatura superó en un 1.8ºC las cifras normales.
En cuanto a las lluvias del invierno, superaron en un 14% la media de precipitaciones.
Y mirando al futuro, sin atreverse a hacer una previsión puntual para la semana santa, Infante prevé una primavera igualmente cálida, con lluvias dentro de los valores normales.
Es cierto que el nivel de ocupación de los pantanos es alto, 87.2% en Galicia Costa y 92.7% en la cuenca Miño-Sil, pero no hay que olvidar la incidencia que tiene sobre el agua no solamente el consumo sino también la evaporación provocada por las altas y cálidas temperaturas.