Samuel Luiz murió en el CHUAC cuatro horas después de recibir la brutal paliza en Riazor. La causa de la muerte fue una hemorragia con posterior edema cerebral, provocada por los fuertes golpes que recibió, casi todos en la cara y la cabeza. Fueron sólo unos minutos, pero no pudo defenderse ni permitieron que pudieran ayudarle a hacerlo o a huir del lugar. Fue una paliza de "crueldad extrema".
Con estas palabras relata los hechos el informe fiscal, que se ha leído en el inicio del juicio. Después, la fiscal, María Olga Serrano, ha intervenido para intentar dar tranquilidad a los miembros del jurado de cara a su tarea. Les ha indicado que no hace falta tener conocimientos jurídicos para tomar decisiones y les ha pedido que "sean objetivos, busquen la verdad y defiendan a la víctima", como se hace o en cualquier otro caso. Además, se ha referido a los hechos como "una cacería brutal e inhumana" hacia Samuel. Mantiene que su muerte fue "previsible, conocida y aceptada" por los cinco acusados.
De forma parecida ha expuesto sus primeras valoraciones el abogado de la Acusación Popular, Mario Pozzo, que representa a la Asociación LGTBI Alas Coruña. Se ha referido a los gritos homófobos proferidos durante la paliza y compara la actuación de estos jóvenes con "una manada que no se puede permitir" en la sociedad. La Acusación particular, que representa a los padres de Samuel Luiz también acusa a los cinco encausados de ser "perfectamente conscientes de la gravedad" de los golpes. Fiscalía, Acusación popular y también la particular comparten su visión de los hechos y también las peticiones de condena, de entre 22 y 27 años de cárcel.
Las defensas de los cinco acusados niegan la participación en los hechos y piden la libre absolución para todos ellos. En varios casos alegan también como eximente el consumo de alcohol y drogas aquella noche. Por todo esto reclaman la libre absolución.
Mañana está previsto que declaren dos de los cinco acusados. Los otros tres están citados para el 14 de noviembre.