El Deportivo sigue sin levantar cabeza. Ni con el cambio de entrenador. Desde el primer minuto, el Compostela mandó en Riazor. Le bastó con dejar a Bicho como jefe de operaciones. Y con Pablo Antas como fiel escudero. La verticalidad del Compostela chocaba con el juego de un Deportivo basado en pases de seguridad a corta distancia que no superaron las líneas santiaguesas.
De hecho, el Compostela ya avisó a los tres minutos. La tuvo Miki Villar en una buena internada en la que Saro ganó la espalda a Salva Ruíz.
Pero las ocasiones más importantes y los goles llegaron en la segunda parte. Aún así, la primera oportunidad la tuvo el Deportivo, pero Beauvue no consiguió aprovecharse de la falta de coordinación en la defensa local y su tiro lo paró Pato Guillén.
Acto seguido, llegó el primer gol visitante. Mujaid reclamó falta en el cuerpo a cuerpo con Juanpa. La defensa del Deportivo se confió y ni Granero ni Bergantiños consiguieron tapar el remate final de Brais Abelenda.
Pudo llegar después el 0-2, pero Guille Torres mandó a las nubes un remate que nació en una falta sacada, con Salva Ruíz rompiendo el fuera de juego de los atacantes visitantes.
El partido se puso cuesta arriba para el Deportivo con la expulsión de Mujaid. El deportivista vio la segunda amarilla en el minuto 65. Y diez minutos más tarde llegó el 0-2, obra de Miki Villar, que se aprovechó de la mala colocación de la defensa del Deportivo y de la salida en falso de Carlos Abad para rematar a placer y dejar sentenciado el partido.