El Estado vuelve a recuperar la posesión del pazo de Meirás y es depositario de sus bienes tras 82 años en posesión de la familia Franco. Lo es de manera provisional, a la espera de una sentencia definitiva tras el fallo del Juzgado de Primera Instancia número 1 de A Coruña que condenó a la familia del dictador a su devolución. El acto de entrega de las llaves, que ha oficiado la jueza Marta Canales, ha tenido lugar en el propio inmueble con presencia de miembros de la Abogacía del Estado.
Los herederos de Franco no han querido asistir al acto porque lo consideran "un circo con sus fieras y sus payasos". Esas han sido las palabras de Francisco Franco, nieto del dictador, en Espejo Público, de Antena 3.
Desde primera hora se han concentrado a las puertas del pazo medios de comunicación, vecinos de la zona que quieren conocer los usos futuros que tendrán las torres, representantes de la Recuperación por la Memoria Histórica y los llamados Dezanove de Meirás, activistas vinculados al BNG (Bloque Nacionalista Gallego) que fueron denunciados por la familia Franco por entrar en el pazo en agosto de 2017 para reclamar su devolución al Estado.
Los técnicos encargado del inventario han comprobado visualmente su estado actual y se ha verificado que todo se correspondía con lo examinado el pasado 11 de noviembre. No obstante, se ha aclarado en este acto por parte de la Abogacía del Estado que dos bienes que constan en el inventario, la Casa de las Conchas y el hórreo anexo a este inmueble, no forman parte de lo reivindicado por la Administración por hallarse extramuros, por lo que seguirán en manos de los Franco. En todo caso y como hay determinados objetos que claramente son enseres personales, la jueza ha dado un plazo de 20 días para que los retiren.
Sobre los usos futuros del pazo y preguntada por si prefiere recordarlo como residencia de Franco o de la escritora Emilia Pardo Bazán, la propietaria originaria, la que lo ideó y construyó, la abogada general ha elegido a esta última, si bien ha matizado que "es evidente la presencia de 40 años de régimen dictatorial de este país".
"Me da pena que el paso de Franco por aquí hizo olvidar que esta fue la casa de Emilia Pardo Bazán" y que "lamentablemente esa etapa histórica a los ojos de la ciudadanía borró la huella" de la escritora coruñesa, aunque con este procedimiento judicial se haya logrado alumbrar lo que significó el pazo, que "fue centro de la vida cultural española en el siglo XIX". No se puede olvidar el paso de la dictadura, "porque la memoria es importante", pero también resulta "imprescindible" rescatar la huella de Pardo Bazán.