El teléfono móvil de Déborah Fernández-Cervera, la joven viguesa cuyo cadáver fue encontrado en una cuneta de O Rosal (Pontevedra) en mayo de 2002, ha aparecido en la dependencias de la Policía Nacional en Madrid, junto con efectos y documentación referentes a la investigación del caso.
Así lo ha hecho saber la familia de la joven y su equipo de abogados en un comunicado en el que subrayan que el teléfono móvil, desaparecido desde el inicio de las investigaciones ha sido localizado sin la tarjeta SIM.
Al parecer, el hallazgo se produjo a raíz de unas obras que se están realizando en las dependencias de la UDEV Central, dentro del Complejo Policial de Canillas, en Madrid, con ocasión de las cuales se han efectuado traslados tanto de personal como de documentación en la Sección de Homicidios y Desaparecidos.
Según un oficio de la Policía Nacional citado en el comunicado de la familia de Déborah, "aprovechando el final de las obras y el regreso a la ubicación original, se ha iniciado un proceso de digitalización de la documentación existente en la Sección, motivo por el cual se está revisando todo lo archivado".
Los abogados de la familia de Déborah van a pedir que se depuren las oportunas responsabilidades, sin descartar la presentación de reclamaciones judiciales.
La causa se cerró oficialmente en 2010 y se reabrió en 2019
Todo esto podría complicar aún más una causa que se cerró oficialmente en 2010, que se reabrió en 2019 y que, tras la declaración el pasado marzo en el juzgado por primera vez del único investigado, el ex novio de la joven, está pendiente de su archivo o de la apertura de juicio oral en función de los resultados de unas últimas diligencias.
Pendiente está también la resolución por parte de la Audiencia de Pontevedra de un recurso de apelación presentado por la familia contra la negativa de la jueza de tramitar el procedimiento por la Ley del Tribunal del Jurado, lo que podría llevar al único investigado a sentarse en el banquillo frente a un jurado popular.