Los hechos ocurrieron cuando Baltar era todavía presidente de la Diputación de Ourense. Según la denuncia de la Guardia Civil, el popular fue interceptado conduciendo a 215 km/h en un tramo limitado a 120 en la provincia de Zamora. Baltar conducía el coche oficial de la institución provincial.
Este caso provocó una tormenta política, que terminó desembocando en su renuncia a optar a la reelección como presidente de la Diputación. Se puso fin así a tres décadas de la familia Baltar al frente de esta institución ourensana.