La casa italiana reclama al demandado 2.100.000 euros por transformar un Ford Cougar en un Ferrari modelo F430 Scudería. «¿Va a perder la marca Ferrari alguna venta de sus exclusivos vehículos por el hecho de que un vendedor de coches de segunda mano se pasee por Arteixo en un Ford Cougar que se parece a un Ferrari», se pregunta el juez en la sentencia.
El magistrado considera probado que el hombre compró un vehículo Ford Cougar en 2018 al que personas desconocidas previamente le habían realizado “diversas modificaciones”, con las que habían logrado “una cierta apariencia de pasar por un Ferrari F430 Scuderia”.
Esas alteraciones, según el fallo, afectaban a distintos elementos de la carrocería y del interior del automóvil, y, además, se habían instalado en lugares visibles del coche “emblemas y escudos con el nombre de Ferrari, F430, Scuderia y el caballo rampante característico de Ferrari”.
El juez indica que algunas de estas piezas son de otras marcas, “muy parecidas a las de Ferrari”, mientras que otras son “de fabricación artesanal”.
La decisión del juzgado de lo Penal número 3 de A Coruña rechaza así que se haya producido un delito contra la propiedad industrial.
La sentencia es recurrible.