Tanto la familia como sus letrados han lamentado que haya habido que esperar 19 años para llevar a cabo este procedimiento, después de una investigación que calificaron como "chapuza en muchos aspectos", y han recordado que ahora deben "aferrarse a la esperanza" de que el análisis de los restos pueda arrojar algo de luz sobre las circunstancias de la muerte de Déborah. "Tenemos un año por delante, hay que seguir luchando", ha señalado el abogado Ignacio Amoedo, en alusión al plazo de prescripción de este caso, que finaliza en 2022.Déborah Fernández-Cervera desapareció en 2002, cuando tenía 21 años de edad, después de salir de su casa para hacer deporte. Su cadáver fue localizado diez días después, rodeado de pistas falsas, en una cuneta de O Rosal, y nunca hubo nadie detenido ni formalmente investigado por este crimen.