Algunos de esos locales han vuelto a abrir con otros propietarios, pero conviene no olvidar el drama de aquellos empresarios que han tenido que renunciar al local en el que llevaba trabajando, en algunos casos toda una vida. César Ballesteros añade que las ayudas dadas por las administraciones durante todos estos meses apenas llegan para cubrir el 30% de los impuestos que deben pagar a esas mismas instituciones.