En esa línea se manifestaba Iago Aspas, voz más que autorizada en el vestuario, cuando a la conclusión del último encuentro convino en señalar que "debemos ser autocríticos. Este equipo tiene para más". En las doce jornadas que todavía restan por delante, el Celta deberá sumar cuanto antes los puntos de la permanencia, y tratar de superar la puntuación de la pasada temporada, para lo que necesitaría siete victorias y un empate. Colarse en la pelea por Europa parece ya una quimera. Pero independientemente de todo ello, lo que a buen seguro demanda el celtismo es que su equipo no se deje ir, que no baje los brazos, y que sea competitivo hasta el final, incluso pensando en sembrar para recoger en la próxima campaña, la temporada del centenario y en la que el club llama a la ilusión con el anuncio de un salto de calidad en el plantel.