En 2007 abandonó el Consejo de la pesquera, aunque siguió siendo uno de los principales accionistas. En abril de 2013 se supo que había vendido una gran parte de sus acciones por 2,55 millones de euros, unos días antes de que se suspendiera la cotización de Pescanova, todo ello en plena crisis de la multinacional, tras destaparse su enorme agujero y una controvertida gestión por parte, principalmente, de su cabeza visible, Manuel Fernández de Sousa. De hecho, Fernández de Sousa y otros miembros de la cúpula de Pescanova fueron condenados por la Audiencia Nacional por las prácticas fraudulentas para obtener financiación para la empresa y por falsear las cuentas para captar inversores. Entre los condenados estaba precisamente Alfonso Paz-Andradre, sentenciado inicialmente a la pena de un año de prisión y multa, aunque su condena se redujo posteriormente.
Paz-Andrade fue director de la revista Industrias Pesqueras, presidente del comité ejecutivo de la World Fishing Exhibition y miembro de varias asociaciones sectoriales de pesca, así como vicepresidente de Mutua Gallega, y vicepresidente del Consejo de Novacaixagalicia. También fue miembro del Consorcio de la Zona Franca de Vigo y del Consejo del Puerto olívico, entre otros cargos.
En el ámbito cultural, fue miembro del Consello da Cultura Galega, perteneció a la Fundación Castelao y a las fundaciones Neira Vilas, Luis Seoane, Fundación Galicia-Europa, Fundación Caixa Galicia y Fundación Sales.