Probablemente, Pérez Mariño, no fue un buen político. Le faltó cintura y le sobró coherencia. El BNG le hizo la cama y el PP aprovechó su oportunidad para llegar a la alcaldía. Apenas estuvo 6 meses al frente del gobierno local.
No había escarmentado de su anterior experiencia política, cuando Felipe González, en 1993 lo ficho juntó a Baltasar Garzón. Estuvo muy poco tiempo como diputado, fueron fichajes estrella y apenas se les dejó trabajar en el Congreso. Volvió a la carrera judicial, fue el juez que condenó a Mario Conde a 20 años de prisión por el caso Banesto. Después volvió a Vigo y fue entonces cuando se hizo tertuliano de Luis Del Olmo en esta casa, cuando éste dirigía Protagonistas.
En 2003 volvió a aceptar los cantos de sirena de la política y se presentó a la alcaldía de Vigo.
Discreto y tímido, pero de fuertes convicciones. Se opuso al Plan general de Urbanismo que había elaborado el BNG en el anterior mandato y que ahora contaba con el apoyo del PP. Presentó una cuestión de confianza, ante las continuas faltas de acuerdos con el BNG, que acabó en moción de censura que con la abstención del BNG dio la alcaldía al PP de Corina Porro. Ventura dejó el Ayuntamiento y volvió a la judicatura. Después se dedicó a la solidaridad, creó una ONG para hacer pozos de agua en África.
También creó junto a su mujer la también jueza, Dolores Galovart, la Fundación A Las cinco. Reparte bocadillos a los más desfavorecidos en la ciudad de Vigo en un local situado en la calle Taboada Leal. Ventura ha tenido tiempo de despedirse como quería de sus familiares y amigos, antes de marcharse para siempre. Descanse en pa