El caso de Déborah Fernández-Cervera, la joven viguesa desaparecida el 30 de abril de 2002 y cuyo cuerpo fue encontrado diez días después en una cuneta en O Rosal, ha sido archivado ahora en firme, tras el archivo decretado ya en julio de 2023.
El auto de la jueza llega tras 22 años de lucha incansable por parte de la familia de Déborah para que se hiciese justicia.
En varias ocasiones, también aquí en los micrófonos de Onda Cero, la familia ha mostrado su desesperación y decepción con el sistema judicial, señalando que nunca se han sentido protegidos ni apoyados por las autoridades. La familia ha vivido años de dolor y frustración, enfrentándose a la falta de avances significativos y a la inoperancia de la justicia.
En 2021, la exhumación del cuerpo de Déborah reveló rastros de ADN masculino debajo de sus uñas, lo que dio un nuevo impulso a la investigación. Sin embargo, estas pruebas no fueron suficientes para identificar al culpable.
El desgaste emocional ha sido inmenso. La familia reclamó en su momento que el caso se archivase debido al agotamiento y la sensación de hartazgo.
El abogado de la familia, Ramón Amoedo, ha recordado en Onda Cero Vigo que el caso solo podrían reabrirse en el caso de que apareciesen indicios incriminatorios contra la única persona que fue investigada por este caso: el ex-novio de Déborah.