Los trabajadores reclaman descansos establecidos, unos 15 minutos cada dos horas, y una reorganización de los tiempos en que se debe realizar el recorrido en cada línea. Denuncian el estrés que viven muchos de los conductores en una ciudad con tráfico muy complicado, más en estos días de Navidad. También piden a la empresa la conversión en indefinidos de trabajadores temporales. Vitrasa tiene en la actualidad 360 empleados, 270 son conductores. El portavoz de los trabajadores, Imanol Arnoso, afirma en Onda Cero Vigo que la huelga que comienza el lunes afectará fundamentalmente a los ciudadanos del rural porque la política de la empresa es garantizar, con los servicios mínimos, las líneas más rentables, es decir, las que recorren el centro.