La investigación iniciada hace un año, por la Guardia Civil, detectó que los datos relativos a la velocidad que aparecían en el tacógrafo de los camiones eran falsos. Las cuatro empresas a las que pertenecían los vehículos detectados se dedican al transporte de pescados y mariscos y podían beneficiarse al poder circular a más velocidad de un mayor cumplimiento en los horarios de recogida y entrega de los pedidos.
Las 10 personas investigadas trabajan en las compañías de transporte y en los tres centros técnicos donde se manipulaba la calibración del tacógrafo para que diese esos datos.
Entre otros delitos se enfrenten al de falsedad documental que puede suponer hasta tres años de cárcel