Marián Mouriño, a través de sus redes sociales, transmitía un mensaje de agradecimiento a la afición por el trato recibido en este primer año, y reiteraba su compromiso con la construcción de un Celta "cada vez más grande". Desde su llegada, cambió el 100% del Consejo de Administración, la dirección deportiva y el entrenador, departamentos como comunicación o finanzas, y puso punto y final a la infructuosa batalla con el alcalde de la ciudad. Su apuesta por Claudio y por la cantera, el ambiente que respira ahora Balaídos -con el himno como catarsis-, parecen brillar entre sus haberes. Por el contrario, el aficionado no termina de entender por qué un club que lleva décadas presumiendo de gestión económica y de salud financiera, y que ha vendido mucho y caro en los últimos años (Brais, Veiga, Larsen...), se encuentra en la actualidad con tamaña limitación para poder reforzar una plantilla que aún cuenta con amplio margen de mejora.
Un año de Marián Mouriño
Acaban de cumplirse los primeros doce meses de la presidenta al frente del club celeste, tiempo que le ha resultado suficiente para cambiar nombres y estrategias en los principales estamentos de la entidad. La recuperación de la bautizada como "paz social" parece uno de sus grandes logros.
