Era uno de los fines de semana marcado en rojo. Se esperaba un lleno total en la ciudad que no se produjo. Hubo una ocupación hotelera ligeramente por encima del 90%. Miles de visitantes se acercaron a la ciudad, los procedentes de Portugal volvieron a ser los más numerosos. Los "selfies" y las colas protagonizaron de nuevo estas jornadas de luz en la Navidad viguesa. Además, el plan de trafico funcionó bien, se evitaron grandes atascos y no se repitió la imagen de caos que se vivió en anteriores ediciones de la Navidad.