Los representantes de los trabajadores aseguran no entender que el nuevo dueño esgrima pérdidas económicas en estos servicios, cuando asumía la propiedad del hotel en noviembre y cuando la ocupación del mismo ha sido muy alta desde el verano, con puntas del 100%. Además no entienden que un establecimiento de 4 estrellas vaya a renunciar al servicio de restauración y cafetería.