La cesta de la compra no deja de subir y la demanda de ayudas tampoco. Familias que hasta ahora podían llegar a fin de mes, aún que fuese con apuros, ahora los ingresos non les llegan y acuden a las organizaciones que les puedan prestar ayuda. Familias con hijos y que tienen cvonrratos precarios se ven obligadas a pedir ayuda. Aquellos que cobran la pensión mínima, aunque vivan solos, si tienen que hacer frente a un alquiler tampoco llegan a fin de mes con sus ingresos.
Aumenta el número de los que piden ayuda y desciende el de donantes. Aquellos habituados a colaborar también notan la crisis, unos pocos dejaron de hacerlo, otros aportan menos de lo que era habitual