Son las previsiones de la dirección de la empresa que insiste en la incertidumbre que rodea a todo lo que tiene que ver con el suministro de microchips.
Esta situación también causa problemas en los concesionarios. Prácticamente todos sufren escasez y retrasos en la llegada de vehículos.
Un cliente que llega a un concesionario a comprar un coche tiene menos donde escoger entre los que están en stock y tendrá que esperar más de lo normal si el vehículo se pide a fábrica.