El hombre detenido el pasado lunes en una operación antiterrorismo yihadista en Melilla ha sido identificado como Mustafá Maya Amaya. Se trata de un ex recluso que salió de la cárcel el pasado 11 de marzo de 2022, después de haber sido condenado por la Audiencia Nacional a ocho años de prisión por pertenencia a organización terrorista en calidad de promotor y director.
Mustafá Maya Amaya era el líder de una célula encargada de reclutar a terroristas para organizaciones terroristas islámicas como Estado Islámico (Daesh) y Al Qaeda. Ahora, ha vuelto a ser arrestado por la Policía Nacional acusado de delitos de adoctrinamiento y enaltecimiento del terrorismo, en el marco de una operación policial en la que se ha confirmado que hay un segundo detenido en Madrid.
¿Quién es Mustafá Maya Amaya?
Mustafá Maya Amaya es un ciudadano español de 60 años, de origen belga, converso al Islam. Además, es de ascendencia gitana y se encuentra postrado en una silla de ruedas. Asimismo, la Policía Nacional lo calificó, tras su primera detención, como el "mayor reclutador yihadista", una actividad que se remonta al menos a año 2012.
Aunque la Audiencia Nacional lo condenó en enero de 2018 a ocho años de prisión por liderar una célula yihadista dedicada a la captación y envío de combatientes desde Malí, Siria o Libia para su integración en organizaciones terroristas como Estado Islámico (Daesh) y Al Qaeda, únicamente cumplió cuatro años, ya que en marzo de 2022 fue puesto en libertad.
La Sección Tercera de la Sala de lo Penal también condenó a otros cuatro miembros seis años de cárcel por los mismos delitos. Y a todos ellos se les aplicó la atenuante de confesión, ya que reconocieron los hechos durante el juicio.
Durante la vista oral Maya Amaya confirmó que dio "información" a través de redes sociales a una cifra "exagerada" de personas que "querían trabajar, que querían buscarse una vida" o que querían "aprender el Corán" para después hacer la yihad. Aunque desconocía a qué grupos yihadistas iban a ser integrados.
En la sentencia apuntaron que era "una de las mayores redes de captación y envío de radicales para su incorporación a organizaciones terroristas de corte yihadista, insertadas en el movimiento e ideario de la 'yihad global". Una red que, según la Sala, ayudó al menos a una treintena de personas a llegar desde Malí, Siria o Libia para su integración en Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), Estado Islámico o Jabaht Al Nusra.