El último informe del profesor Antonio Guirao para el Instituto de Salud Carlos III advierte de que la previsión de vacunar a la franja de 12 a 29 años en agosto podría llegar tarde.
El actual repunte ocurre a pesar del avance de la vacunación por varios motivos: hay muchos grupos de población todavía sin vacunar, especialmente los de menor edad; la vacunación en el grupo de 60 a 69 años todavía está muy retrasada; y la eficacia de las vacunas no es del 100%. La entrada en escena de la variante Delta sería un factor adicional como se discutirá después.
Guirao recuerda en su informe que en España se produjo una
Como también hemos señalado previamente, el efecto de la vacunación no era suficiente para contrarrestar el crecimiento de los contagios debidos a una desescalada prematura. La flexibilización progresiva de medidas desde marzo, en la mayoría de regiones del país, y el final del estado de alarma en mayo han supuesto un incremento importante de las situaciones de contacto social en las que no se usa la mascarilla y no se guarda la distancia interpersonal de seguridad, lo que se traduce en un aumento de la probabilidad de contagio y, por tanto, de la tasa de transmisión.
La máxima efectividad que han demostrado las medidas en España, al controlar las sucesivas olas, ha sido de aproximadamente un 70%. En el momento actual, sin estado de alarma y una relajación generalizada del cumplimiento de las medidas, la efectividad podría bajar al 50%, o incluso hasta el 25% o menos. Si, por ejemplo, hubiera una pérdida de efectividad de las medidas del 70 al 50%, se necesitaría al menos un 40% de la población inmunizada para que no se desarrollase de nuevo la epidemia.
"En el caso de que las medidas sólo funcionasen con efectividad de un 25%, sería necesario tener al menos a la mitad de la población totalmente inmunizada, lo que ocurriría hacia finales de julio. Esto significa que todavía durante julio puede desarrollarse una quinta ola" advierte el profesor Guirao en su informe.
Además, lo anterior vale si la población es uniforme. Sin embargo, el grupo de población de menor edad puede considerarse como un compartimento casi separado con un riesgo mucho mayor que el ya discutido. Se dan tres circunstancias en esta población: está aún sin vacunar, sus individuos interactúan fuertemente entre ellos y puede producirse de cara al verano una situación de laxitud máxima del cumplimiento de medidas.
Estos tres factores pueden desencadenar una subepidemia con el virus totalmente fuera de control. De hecho, ya se está observando un aumento exponencial de la incidencia en la población adulta y joven no vacunada. El riesgo en este momento es muy alto y la situación podría tornarse muy grave, pues hay más de 7 millones de personas susceptibles sólo en el rango de 15 a 30 años.
El número reproductivo actual (aproximadamente r = 1.15) es el promedio en toda la población, pero en la población joven podría llegar a 1.5 o más, lo que supondría un crecimiento exponencial que conduciría a finales del mes de julio a más de 10.000 contagios diarios, sólo en jóvenes.