El día 25 de marzo, menos de un mes después de ser descubierto desde el Telescopio Isaac Newton del Observatorio del Roque de los Muchachos en la isla de La Palma, este cuerpo celeste pasó a “solo” 174.000 km de nosotros. Vale, es menos de la mitad de la distancia a la Luna, pero aun así es mucha distancia. 2023 DZ2 es un objeto Apolo: tiene una órbita elíptica que le lleva a acercarse al Sol un poco menos que la órbita de la Tierra y se aleja (el afelio, como se llama en astronomía al punto más alejado al Sol de su trayectoria) a algo más de 3 veces la distancia entre la Tierra y el Sol. Recorre su órbita en algo más de 3 años y, conforme analiza un estudio recientemente publicado por investigadores de la Universidad Complutense, no es probable que impacte contra nuestro planeta, porque su órbita está en resonancia con la órbita de la Tierra y la de Júpiter, llevando a este cuerpo de unos 40 metros de lado, posiblemente metálico, a efectuar una compleja danza en el Sistema Solar sin chocar contra nosotros. Este hallazgo se ha realizado uniendo las observaciones astronómicas a los modelos teóricos y con el uso de inteligencias artificiales (IA) para poder evaluar las situaciones más probables.
Vemos así, como comenta Marisa Lacabe, que no todo en el mundo de las IA es tan preocupante como las noticias de esta semana.