La navarra, Nelia González, y otras dos enfermeras de Alicante llegaron a finales de febrero a Honduras para trabajar como voluntarias en el hospital de San Lorenzo. El domingo, con un preaviso de dos horas, les cerraron las fronteras y no tuvieron tiempo de cambiar sus billetes y organizarlo todo para emprender el regreso a España.
En Onda Cero, hablamos con su madre, Marisa Huarte, explica que “tienen un toque de queda absoluto, no les dejan salir ni para hacer compra, ni al hospital”. Cuenta la madre que Nelia y sus otras dos compañeras “quieren volver, porque son útiles aquí”. Y es que la enfermera navarra trabaja en el Centro de Salud de Zizur Mayor, donde, como en todos los centros, necesitan personal.
Marisa Huarte pide al Gobierno de Pedro Sánchez que “haga lo posible para que ellas, como otras personas en una situación similar, puedan volar y volver a sus casas”. Desde luego que ella no está “escatimando en esfuerzos para conseguirlo”.