Alejandro Catena vivió un comienzo de carrera casi meteórico. Con 20 años jugaba en Tercera División, con 22 en Segunda B y con 24 en Segunda, llegando a Primera esa misma temporada con el Rayo tras la dramática situación del Reus que desembocó en su desaparición. A partir de ahí vivió una etapa de estabilidad en Vallecas con dos años en Segunda y otros dos en Primera hasta que llegó su fichaje por Osasuna. "Fue un poco reto personal, salir dela zona de confort, cuando salió la opción de Osasuna a mí me encajó, porque es un club similar en cierta medida al Rayo, vi similitudes y me fue bastante fácil decidir".
Su primera temporada en Osasuna, la pasada, no fue fácil: "Se generaron unas expectativas muy altas en torno a mi fichaje fruto del rendimiento que yo había dado en el Rayo, de las ganas que tenía la gente de que yo llegase, de las ganas que yo tenía de llegar aquí... y la temporada quedó marcada por no llegar al nivel que yo había demostrado en el Rayo Vallecano. Cuando un fichaje genera muchas expectativas se le pone un listón muy alto y creo que eso también conmigo pasó factura o influyó, pero no cambiaría nada. Firmaría volver aquí con el mismo listón, con las mismas expectativas, porque eso quiere decir que eres bienvenido, que te esperan con los brazos abiertos, y si luego al principio cuesta o no va todo lo bien que te gustaría es cuestión de mirarte el propio ombligo y trabajar. En eso estoy y creo que se va viendo un poco más el Catena que todos queremos que se vea, yo el primero evidentemente".
Sobre el cambio de ciclo en Osasuna, Catena lo tiene claro: "Todo el mundo tenía que pasar el duelo después de lo que ha supuesto Jagoba Arrasate, porque además fue él el que tomó la decisión de irse. Vicente Moreno nos da bastantes herramientas a nivel táctico, en salida de balón, en presión al equipo rival, en bloque medio, bloque defensivo... a pocos jugadores les gusta hacer ejercicios tácticos, pero hacerlos dan herramientas para los partidos".