“Se trata de un acuerdo político”, es una de las frases más destacadas por Ramón Alzórriz (PSN), Miren Zabaleta (EH Bildu) y Pablo Azcona (Geroa Bai), quienes se mostraron satisfechos en Baluarte, durante la presentación de dicho acuerdo firmado entre las tres entidades.
Un acuerdo político que se ha hecho “a espaldas de las 31 asociaciones memorialistas”. En La Brújula de Navarra, Amaia Lerga, presidenta de la Asociación de Familiares Fusilados de Navarra, AFFNA-36, lamenta que se hayan “enterado por la prensa”, lo que a su “dificulta su participación” y niega “su opinión”.
Reconoce Lerga que el que “estuvieran trabajando en un acuerdo” era una opción que sospechaban, aunque su opinión “siempre había quedado clara” en las diferentes ocasiones en las que se han reunido en el pasado y en todos los actos que han realizado. Su principal premisa era “ser tenidos en cuenta a la hora de publicar un acuerdo”, con el fin de “cuidar las sensibilidades”, porque “aunque no parezca por la distancia en el tiempo de los hechos todavía hay muchas víctimas y familiares a las que hay que cuidar y tener en cuenta antes de hacer declaraciones públicas”.
La presidenta de AFFNA insiste en “no querer opinar en demasía sin haber tenido acceso al documento”, pero sí que defiende que “la propuesta de las 31 asociaciones memorialistas era la eliminación del edificio de Los Caídos por símbolo franquista”, y es que está censado como tal. Su petición era “actuar como se ha hecho el resto de símbolos”.
Mientras el edificio de Los Caídos sigue en pie, las víctimas buscan fosas y cuerpos
Ahora están a la espera de que se les “presente de manera oficial”, como se ha hecho con la prensa. Asegura tener siempre la disposición a “tender una vez más puentes”, aunque cree que “poco más pueden hacer para que se tenga en cuenta a las víctimas y sus familiares, cuyo único objetivo es verdad, justicia y reparación.
Amaia Lerga no niega “la complejidad política del tema”, más si cabe cuando “hay fuerzas políticas que quieren mantener un símbolo franquista por ideología”. El acuerdo se hizo público en el día que coincide con el 49 aniversario de la muerte de Franco, “un día ya doloroso de por sí y que ahora lo es más al conocer que el monumento a los caídos de Pamplona no va a ser derribado”. Un edificio al que “se enfrentan día a día víctimas y familiares”, que “vulnera sus derechos”, y que “seguirá en pie mientras ellos siguen buscando fosas para encontrar cuerpos”.