Ander Torriko jugó de nuevo con Helvetia Anaitasuna el domingo en la liga ASOBAL después de sufrir tres roturas consecutivas del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha que le han mantenido lejos de las canchas durante casi tres años. Un tiempo de recuperación en el que dos recaídas de la lesión inicial han puesto a prueba la capacidad de superación de la persona y del jugador de balonmano.
"Ahora quiero volver a disfrutar como jugador de balonmano"
De hecho durante este tiempo Ander se ha formado en coaching deportivo y psicología de Alto Rendimiento como forma de aprovechar el tiempo y de profundizar en la etapa que él mismo ha ido viviendo. Además su experiencia desde la grada viendo a sus compañeros le ha servido para entender cómo va evolucionando el juego del balonmano, "más físico que antes, lo que puede ser una causa del mayor número de lesiones" que se están produciendo. "Analizar el balonmano me ha servido para ver ahora cuál puede ser mi papel y cómo puedo estar más cómodo en la pista", afirma.
"Para volver a forzar el cuerpo la cabeza va primero y el físico, después"
Sobre sus sensaciones de estas semanas, reconoce que "están siendo días muy emotivos", tanto antes como después del partido de reaparición. En ese sentido, destaca que los dos amistosos jugados por Helvetia Anaitasuna durante el parón de la competición por el Europeo le han venido "muy bien para retomar el juego". "La cabeza va primero, y si la cabeza te deja jugar, el físico va después", afirma sobre el proceso mental y físico de volver a exigir a su rodilla derecha lo que requiere el balonmano de elite.