Es su cuarta temporada al frente del C. D. Subiza y mantiene intacta su sonrisa cuando se le pregunta por el proceso formativo y la disposición de sus jugadores. César Monasterio es una de las figuras por las que pasa el futuro de gran parte de Osasuna. Es el penúltimo escalón antes de la llegada al primer equipo y reivindica “la naturalización” de que el Subiza, siendo un club que siempre ha gozado de personalidad propia, sea visto como “una etapa necesaria en la formación”, un Osasuna C a efectos prácticos, aunque goce de menos medios que otros conjuntos de la etapa de formación.
La comunicación con Santi Castillejo es continua y coinciden en que “la competición y la formación van de la mano”. Pasar de Juvenil a Tercera Federación, ahora a Segunda Federación, es un paso muy interesante, “te encuentras a jugadores inferiores técnicamente, pero capaces en ganarte en duelos y otros aspectos”, lo cual muestra que el jugador “no está todavía preparado”.
Asegura Monasterio que pasar al Subiza nunca debe ser visto como un paso atrás, es más, lo define como “una gran experiencia”. Son jugadores que pasan de jugar “frente a sus padres y poco más” a competir en un pueblo que “está entregado con el equipo, en un campo de dimensiones reducidas que seguramente no sea el contexto más cómodo”, pero que, sin embargo, considera que “es parte del proceso”.
El equipo está todavía en “proceso de adaptación a la categoría”, una Segunda Federación que sube el nivel y que exige más a unos jugadores que se encuentran ante un nuevo cuerpo técnico en su crecimiento personal, y un cuerpo técnico que, a su vez, año tras año tiene una plantilla que cambia en gran medida. La última victoria contra la Real Sociedad C, da un respiro al tercer equipo de Osasuna, que tiene por objetivo pelear hasta las últimas jornadas por la permanencia.