En 1935, la Caja de Ahorros Navarra promovió la puesta en marcha de las Colonias Blanca de Navarra en Hondarribia con el objetivo de ofrecer a los niños y niñas de familias con pocos recursos económicos, tres meses de buena alimentación y ambiente saludable para atajar enfermedades derivadas de la desnutrición como el raquitismo.
Casi 90 años después siguen funcionando, con unas instalaciones que “se han ido adaptando, pero que mantienen su esencia”, tal y como explica en Onda Cero, Maite Roncal, de Fundación Caja Navarra. Cada año cerca de 5.000 niñas y niños toman las Colonias para aprender y divertirse, pero sobre todo para vivir una experiencia difícil de olvidar.
Hay tres proyectos educativos en marcha, Neptuno, con centros educativos de Navarra, el Campus de Verano para niños de entre 7 y 15 años, y un proyecto que están fomentando que busca la inclusión de personas con discapacidad. “Todas las plazas están ya agotadas, la demanda es muy alta, tanto es así que 3.100 niños se han quedado fuera de los campamentos”, lamenta Roncal.
En la coordinación de las Colonias, trabaja Ana Bejarano, quien explica cómo “Cada semana se cambia de niños, niñas y de monitores, y se va organizando sobre la marcha” ya que “es un no parar”. “Sobre la marcha” es un decir, las actividades del campus Neptuno tienen “unos objetivos educativos y pedagógicos con contenido y temática medioambiental”, detalla Bejarano, que añade que “en verano tienen un sentido más lúdico”.
El objetivo principal es vivir experiencias inolvidables, al mismo tiempo que se aprenden y comparten valores, que permita al alumnado disfrutar plenamente de este programa.
Según explican en Fundación Caja Navarra, la importancia que tiene la educación en el tiempo libre se ve potenciada por la inclusión de una temática social con la que fomentar el pensamiento crítico, el compromiso y el crecimiento personal. Facilitando espacios de reflexión y debate que inviten a tomar conciencia y adquirir compromisos concretos.