La vendimia de este 2023 ha finalizado en Navarra con la recogida de 56 millones de kilos de uva por parte de las bodegas y viticultores de la Denominación de Origen, 4 millones menos que en 2022, y a falta de recoger las últimas uvas que se destinan a los vinos conocidos como de 'vendimia tardía'.
Hoy en la viña del convento de San Francisco, en Olite, se ha procedido al corte del último racimo de uva que oficializa en final de una campaña iniciada en torno al 14 de agosto en localidades de las zonas de la Ribera Baja y Alta. Una recolecta "por debajo de la previsión", pero que según explica, el presidente del Consejo Regulador de la D.O. Navarra, David Palacios, "es acorde a las hectáreas".
Una bajada de producción derivada de la sequía, las últimas olas de calor y las lluvias torrenciales localizadas en algunas zonas. David Palacios reconoce que "la vendimia ha sido compleja”, lo que ha obligado a viticultores y bodegas han a estar muy pendientes, tomando decisiones día a día, para poder vendimiar la uva en su mejor estado. Esto ha propiciado, pese a las dificultades, que la calidad del total vendimiado es bueno, aunque los costes obligarán a un pequeño aumento del precio.
La Denominación de Origen Navarra es principalmente reconocida por sus rosados, su emblemática Garnacha y la frescura de sus vinos blancos, rosados y tintos. Sus viñedos al norte del país, se dividen en cinco áreas de producción diferenciadas que confieren a los vinos su propia personalidad: Baja Montaña, Valdizarbe, Tierra Estella, Ribera Alta y Ribera Baja. Cerca del 70% del viñedo lo ocupan variedades autóctonas como la Garnacha y el Tempranillo y el 86% de las uvas producidas en Navarra son tintas y el 14% son blancas.