La Comunidad foral es una de las comunidades "con menos afección de esta enfermedad entre las regiones de su entorno geográfico", aunque el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente está manteniendo un contacto directo con el sector para "prevenir y realizar cuanto antes los tratamientos necesarios para mitigar los efectos de este virus, tales como curas o desinsectaciones del ganado", ha señalado el Gobierno de Navarra en un comunicado.
Esta fiebre es una enfermedad que no se contagia, sino que se propaga por la acción de un determinado mosquito "y en ningún caso tiene afección alguna sobre el consumo cárnico ni lácteo del ganado bovino".
Por otro lado, a diferencia de otras regiones del Estado, en Navarra no se ha detectado sintomatología en ovino ni caprino, ni tampoco en otros rumiantes como ciervos o corzos.
La difusión de esta enfermedad está condicionada por la dinámica de las poblaciones de mosquitos, el vector que la transmite, y está favorecida a su vez por las altas temperaturas en la meteorología. Por ello, las condiciones climáticas de las próximas semanas -en las que previsiblemente irá remitiendo el calor- influirán a la baja en el número de casos, apunta el Ejecutivo foral.
Cabe destacar que la fiebre hemorrágica es una enfermedad para la que no existe vacuna, "pero sí que una detección y tratamiento sintomático precoz acelera la recuperación". "De hecho, la mayoría de los animales han respondido a los tratamientos requiriendo el cuidado continuo por parte de los ganaderos", ha destacado.
Por ello, el servicio de Ganadería del Gobierno de Navarra está haciendo un "seguimiento continuado y en comunicación directa" con el sector y el personal veterinario para "realizar cuanto antes los tratamientos de cara a evitar más casos". Asimismo, se tomarán las medidas que se estimen oportunas en caso de una ola epidemiológica más severa.