En la ribera de Navarra, en Cintruénigo, allá por el año 1872, la bodega Gran Feudo emprendió un camino que a día de hoy sigue recorriendo con retos de futuro que pasan por la innovación y nuevas líneas de vino como son el caso de Hoya de los Lobos y la Casilla del Guapo.
Javier Garbayo, enólogo de quinta generación de Gran Feudo, cuenta en Onda Cero cómo desde la localidad cirbonera tienen "la bodega principal", donde también son propietarios de cerca de 40 hectáreas de uva, "somos también viticultores", reconoce orgulloso. Además de elaborar vinos con sus uvas, con también compradores, tienen contratos "con diferentes agricultores de Navarra". Con todo ese material desde las instalaciones de Gran Feudo elaboran "blancos, rosados y tintos". Principalmente trabajan "con variedades de uva autóctona" como es la garnacha, así como el tempranillo y el moscatel, aunque también "hay partidas de Chardonnay y de viura".
"Fuimos la primera bodega que nos tomamos en serio al rosado"
Históricamente se ha relacionado Gran Feudo con su rosado tan característico, algo que Javier Garbayo justifica: "El rosado ha sido uno de los productos estrella y hemos sido innovadores en la elaboración. Creo que el primero salió en 1981 y fuimos la primera bodega que nos tomamos en serio al rosado, en lugar de verlo como un subproducto, lo vimos como un producto en sí mismo. Así conseguimos un vino más fresco y ligero del que hacían otras bodegas".
La innovación es la manera por la cual las empresas siguen adelante y hacen su camino, una vía que también ha tomado Gran Feudo con sus nuevas líneas: Hoya de los Lobos y la Casilla del Guapo. Garbayo detalla que esta nueva gama de vinos está "orientada a la hostelería", se cambió de botella, imagen y etiqueta y se ha elaborado un blanco, un rosado y un crianza, con buen resultado, según el enólogo, ya que tal y como le cuentan, "la gente está muy contenta". "Son vinos que nos han salido muy buenos, se beben muy bien, son de trago largo, para cuando te das cuenta te has bebido la botella", explica con una sonrisa Garbayo.
"con pequeños cambios se puede marcar la diferencia"
Desde antes de la vendimia se ha incorporado a Gran Feudo como director de enología, David González, una llegada que reconoce Javier que les ha "abierto caminos". Se puede "cambiar y evolucionar", tanto es así que cree que en el ensamblaje de este año de la Casilla del Guapo el resultado va a ser "mínimo igual o mejor". Explica Garbayo que "con pequeños cambios se puede marcar la diferencia", tanto es así que está convencido de que "con la selección de los viñedos y los cambios en la elaboración, como los tiempos de maceración y temperaturas de fermentación, así como el uso de diferentes levaduras" van a lograr vinos distintos.