Castillo de Gorraiz Valle de Egüés encabeza el proyecto de reestructuración del baloncesto masculino navarro. 19 clubes se han unido para tratar, como en fútbol femenino con Osasuna, en baloncesto femenino con Osés Construcción Ardoi, o en balonmano femenino con Beti Onak, de tener un equipo lo más alto posible en el baloncesto nacional.
Valle de Egüés, Liceo Monjardín, Navasket, Mutilbasket, Navarro Villoslada, San Cernin, Oncineda, Larraona Claret, Burlada, Ademar, Cantolagua, Lagunak, Peralta, Olite, Universidad de Navarra, Mendillorri, Oberena, Ardoi y Paz de Ziganda son de momento los clubes que integran el proyecto. Y Castillo de Gorraiz Valle de Egüés el equipo en torno al que se aglutinan los esfuerzos.
El equipo milita en Tercera FEB, categoría que puede equipararse en cierto modo a la extinta LEB Bronce. Pero con matices. Hay 140 equipos en 10 grupos, y lograr el ascenso es muy difícil. "La cuadratura del círculo" según el entrenador de Castillo de Gorraiz, "Jotas" Unzué, ya que "los primeros de cada grupo pasan a una fase y, según el grupo, los segundos juegan un play off para entrar a esa misma fase de ascenso. Allí habrá otros cuatro equipos de los que solo sube el primero y los segundos tendrán que jugar otro play off". Dado lo difícil de lograr un ascenso, el histórico entrenador navarro, que fue partícipe también desde el banquillo del crecimiento de Osés Ardoi en su camino al ascenso a la máxima categoría, lo tiene claro: "de momento no tenemos que volvernos locos, estamos empezando. Vamos a intentar estar lo más arriba posible. Si lo conseguimos a la primera, genial; y si no, a aprender para la siguiente".
Para ello Castillo de Gorraiz ha juntado el mayor número posible de navarros y jugadores con pasado en Basket Navarra con calidad y talento como para estar en la categoría: Anton Savitski, Pablo Yárnoz, Pablo Fernández Chocarro o Javier Lacunza comparten de nuevo equipo con Javier Balastegui, Marcos Portález, Serge Konan o Álex Calvo. Entre todos quieren jugar un baloncesto versátil y hacer disfrutar a la afición en el pabellón de Maristas para, poco a poco, pelear por volver a categorías superiores.