Así se recoge en el informe que el órgano fiscalizador ha hecho público este jueves sobre las listas de espera en el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea entre 2018 y 2022. "Un problema complejo y generalizado, convertido en un reto clave en la gestión sanitaria", ha destacado en una nota de prensa.
Según detalla el informe, en los últimos cinco años, las listas de espera han aumentado un 29%. A finales de 2022 había 240.000 registros en lista de espera. Esta cifra "no corresponde a personas, ya que hay pacientes que están en varias listas de espera", precisa Comptos.
El 64% de las listas de espera corresponde a consultas de revisión, el 25% a primera consulta, el 8% son pruebas diagnósticas y el 3% intervenciones quirúrgicas.
Destaca el incremento en primeras consultas, que pasó de 33.000 registros en 2018 a rozar los 60.000 a finales de 2022. Las listas de espera en consultas de revisión pasaron de 136.000 a 156.000. Las pruebas diagnósticas también experimentaron un aumento, de algo más de 12.000 a superar los 18.000 registros. En cuanto a intervenciones quirúrgicas, la lista de espera apenas aumentó y a finales de 2022 sumó 8.200 registros.
Entre los factores que explican este incremento de las listas de espera, Comptos señala "el envejecimiento de la población y las consecuencias de la pandemia de la Covid-19". Respecto al primero, en el periodo 2010-2022 la población navarra mayor de 64 años se incrementó en un 7%.
21 millones para reducir las listas de espera
En los últimos cinco años, Osasunbidea ha gastado 21,3 millones para reducir las listas de espera. El 39% del gasto se destinó a contratación de profesionales. En concreto, se gastaron 8,5 millones para 700 contratos. El 31% corresponde a jornadas extraordinarias retribuidas a través del complemento de productividad, es decir, las denominadas "peonadas" que percibieron algo más de 500 profesionales.
El 30% restante (6,2 millones) son derivaciones a la Clínica Universidad de Navarra para consultas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas. En concreto, se derivaron 3.700 consultas por un importe de 655.000 euros; más de 12.000 pruebas diagnósticas, con un coste de 1,4 millones; y 2.730 intervenciones por las que se pagaron 4,4 millones.
La Cámara de Comptos ha resaltado que en la gestión de las listas de espera "es clave el papel de las unidades de admisión", en las que trabajan 190 profesionales que realizan las citaciones para consultas y pruebas. "Este grupo tiene una importante carga de trabajo condicionada por algunos incumplimientos del procedimiento, entre ellos el retraso en la apertura de las agendas de las especialidades y los numerosos cambios solicitados por los servicios por modificaciones de turnos de los profesionales y ausencias", ha indicado. También se observa "una excesiva personalización de los criterios de citación de pacientes en función del servicio médico".