Maite Ruiz de Larramendi es "la campeona de todo". Con toda una vida dedicada a la pelota desde los 7 años de edad, Maite dejó de jugar a pelota a mano a los 14: "Me dijeron que como era chica tenía que dejar la mano, y así ocurrió. No lo entendía y no lo he entendido jamás". Se pasó a la herramienta logrando siete medallas en siete mundiales con la paleta goma y siendo considerada la mejor deportista del Mundial de 2010 incluyendo la categoría masculina y femenina.
Volvió la mano para la categoría femenina hace unos años y Maite participó en el primer torneo que se organizó, la Emakume Master Cup, pero no era suficiente para ella: "Iera Aguirre y yo decidimos que viendo que había un seguimiento no se podía quedar ahí. ¿Por qué los Mundiales tenían que ser el tope de una mujer? ¿Por qué jugar un Torneo con televisión tenía que ser el tope? Yo no puedo estar todo un año para jugar dos partidos y quedarme ahí, yo quiero estar jugando todo el año como los chicos, entrenándome cada día y dándolo todo. Iera y yo decidimos capitanear Ados Pilota y el resto de las pelotaris apostaron, y en eso estamos. Hemos recogido el testigo de Nati Bella Esparza y las raquetistas, somos profesionales como lo fueron ellas".
Las raquetistas fueron unas de las primeras mujeres profesionales deportistas, con orígenes desde 1920 y hasta la década de los 80, cuando su profesión y su figura cayó en el olvido hasta hace unos años. La Federación Navarra de Pelota Vasca homenajeó a Natividad Bella Esparza, una de las pioneras, en los sanfermines de 2018 después de que volviera a vivir a Pamplona. Nati Bella, fallecida en 2022, estuvo sus últimos años yendo a ver a las chicas pelotaris entrenar en Mendillorri.