Hablamos en Onda Cero con Manuel Sánchez-Montero, director de Relaciones Institucionales de Acción contra el Hambre, sobre la utilización del hambre como arma de guerra. Según advierte la organización, más del del 85% de los 258 millones de personas en el mundo que sufren hambre en su fase más severa viven en países afectados por conflictos e inseguridad.
Desde hace años, Acción contra el Hambre está llevando a cabo un proyecto de incidencia de ámbito internacional en diferentes contextos y en altas instancias de gobiernos y Naciones Unidas, que busca desarrollar una metodología de identificación de situaciones de inseguridad alimentaria ligadas a la utilización del hambre como arma de guerra en muchos contextos a nivel mundial. Busca también recoger evidencias para que, bajo el amparo de la Resolución 2417 de Naciones Unidas, los países causantes de esas situaciones sean identificados, perseguidos y sancionados y que se pongan en marcha medidas de ayuda humanitaria con el fin de salvar las vidas que están en peligro.
Sánchez-Montero señala que el hambre se utiliza como arma por su silencio y su bajo coste e incide en que afecta, sobre todo, a quienes son más vulnerables: menores, mujeres embarazadas, personas mayores... quienes tienen menor capacidad de resistir a la destrucción de cosechas y pastos, al saqueo de bienes productivos o a los ataques a servicios e infraestructuras básicas.