Miguel Merino es uno de los jugadores de Osasuna más conocidos de mitad de los años 80 y principios de los 90. Militó en el club rojillo seis temporadas y tuvo que salir tras el descenso a Segunda de la 93-94 "por la necesidad del club de liberar a varios jugadores".
Continuó su trayectoria en Primera División tres años más en el Celta de Vigo antes de irse a Las Palmas, Leganés, Burgos y Ceuta, donde terminó su carrera deportiva. En la actualidad es el director deportivo de la Federación Navarra de Fútbol y acaba de volver de la Copa de las regiones UEFA, donde a la selección aficionada Navarra no le acompañó la suerte en sus partidos.
Merino recuerda en esta entrevista con Javier Saralegui el fútbol de su época y cómo era el equipo de Osasuna en el que él militó, deteniéndose a valorar el fatídico año del descenso con Pedro Mari Zabalza en el banquillo en el inicio de la temporada 93-94, "que comenzamos con nuestro jugador franquicia, Jan Urban, lesionado. Perdimos los primeros partidos contra rivales como Barcelona o Real Sociedad y arrastramos toda la temporada haber empezado abajo".
Miguel Merino, padre del futbolista actualmente en la Real Sociedad Mikel Merino, y antes jugador de Osasuna, compara su fútbol con el de ahora y cree que "varios de los de mi época nos hubiéramos adaptado a este fútbol de ahora, aunque el cambio ha sido brutal en velocidad y sobre todo en el físico de los futbolistas".
Él hizo de relevo generacional en Osasuna cogiendo el testigo de los Iriguíbel, Bayona o Mina, coincidiendo con Enrique Martín Monreal y jugando con Michael Robinson, Sammy Lee o Jan Urban, varios de los extranjeros que marcaron una época en la historia centenaria del club rojillo. Ahora sigue disfrutando del fútbol con su trabajo en la Federación y como un aficionado más.