Osasuna perdió ayer una gran ocasión para bajarse del balancín en el que parece estar jugando las últimas jornadas. O al menos dejar el balancín quieto arriba. Frente a un Celta que venía en puestos de descenso Osasuna se mostró incapaz de defender con firmeza y atacar con criterio. De hecho Rafa Benítez dio de su propia medicina a Jagoba Arrasate al plantear una línea de cinco defensas para no encajar gol. Pero la suya fue firme, contundente y sin grietas, mientras que la local adoleció de los mismos defectos de toda la temporada: lenta en el repliegue y blanda en situaciones forzadas.
"En casa no nos puede pasar que nos metan dos goles en un minuto", reflexionaba en voz alta un cariacontecido Juan Cruz tras el encuentro. Pues pasó. En casa Osasuna apenas chutó a la portería contraria, en casa Osasuna no se comió al rival. Se echó de nuevo en falta alguien que moviera el balón con criterio, que lo buscara y quisiera organizar jugadas de ataque que sorprendieran a un Celta muy bien posicionado atrás.
La comparecencia del entrenador rojillo en la sala de prensa fue para él una de las más duras de la temporada. El entrenador hizo de tripas corazón para tratar de dar explicaciones en caliente, teniendo que escuchar en las preguntas las dudas y valoraciones que todos los aficionados se habían hecho en la grada durante el encuentro. ¿Qué falló en ataque? ¿Fue previsible el equipo en esa faceta? ¿Le molestaron más los errores individuales o la actuación del equipo? Así respondió Jagoba Arrasate.