Han sido dos partes totalmente distintas, con los rojillos tapando el ataque de un Valencia peligroso con las incorporaciones de Diego López y Almeida. Osasuna quería jugar por dentro y creaba fútbol desde atrás, evitando esta vez el juego directo en largo.
En la segunda mitad tanto Osasuna como Valencia han salido con otro aire, y el partido se ha convertido en un ida y vuelta que entrañaba riesgos para ambos. El cambio obligado con la entrada de Pablo Ibáñez por Moncayola, con molestias musculares, ha resultado muy positivo, al entrar Moi Gómez por dentro y aprovechar el aire que le ha dado Ibáñez al ataque rojillo.
Bryan Zaragoza ha tratado de desequilibrar en el tramo final con el encuentro muy abierto confirmando que los cambios mejoraban al equipo. Budimir ha tenido la mejor opción junto con un remate de Pablo Ibáñez. Ambos han salido fuera y el partido ha terminado con 0-0 y buen sabor de boca para Osasuna por el fútbol desplegado y la idea propuesta frente a un combativo Valencia.