Este miércoles el ayuntamiento de Pamplona decide en Gerencia de Urbanismo qué hacer con respecto a la Casa de Curtidores. Recientemente el Tribunal Superior de Justicia de Navarra ha dado la razón a los propietarios que se muestran "abiertos a no construir vivienda y darle un uso dotacional", según explica Ismael Cuadrado.
El Tribunal niega a la Confederación Hidrográfica del Ebro potestad alguna sobre urbanismo, es más, critica su contradicción entre dos informes. La sentencia echa para atrás los argumentos de la CHE y del Ayuntamiento de Pamplona, quien ha presentado recursos ante el Supremo y el TAN.
El futuro de la Casa de Curtidores comienza a ver la luz, aunque sus tres propietarios no terminan de fiarse. Es más, no entienden que "el Ayuntamiento haya recurrido". En 2014 el consistorio pamplonés aceptó conservar la casa para usos residenciales y lo hizo con un informe favorable de la CHE. Pero al tramitar la rehabilitación, en 2018 el ayuntamiento se opuso y pidió un nuevo informe a la Confederación, que resultó desfavorable. La idea inicial es la de rehabilitar la vivienda, con tres plantas y sus respectivos domicilios, garaje con plaza para seis coches y motos, y una planta baja en la cual sopesaron apostar por un proyecto de hostelería.
Diez años después, los tres amigos y propietarios (Ismael Cuadraro, Peio Amatriain e Imanol Retegui) tienen razón y piden responsabilidades. "Lo que antes costaba cinco ahora cuesta veinticinco", los precios se han disparado y el estado de la casa solo ha ido a peor.
Ismael, Peio e Imanol esperan una llamada del equipo de Gobierno local que todavía no ha llegado y que suponen llegará después de la comisión de urbanismo de este miércoles.
