Del total de ingresos contabilizados el pasado año, el 27% correspondieron a pacientes con edad comprendida entre los 25 y los 65 años, es decir, 325 casos. Un repunte respecto a otros años que de momento no se observa en 2023, puesto que, hasta la primera quincena de este mes, de los 846 ingresos registrados en la Unidad de Ictus, 195 corresponden a esta franja de edad, es decir, el 20%.
Con motivo del día mundial de esta patología, que se conmemora este domingo, el Hospital Universitario de Navarra ha organizado diversas actividades en colaboración con la Asociación de Daño Cerebral de Navarra (Adacen), entre las que destaca una jornada este viernes, a modo de sesión clínica narrada, en la que se relatarán diversos casos.
Bajo el título 'Es mi vida, es mi ictus, es mi proceso', se desarrollará entre las 10.30 y las 12.30 horas en el salón de actos el edifico A (antiguo Hospital de Navarra) y estará dirigida tanto a la ciudadanía como a profesionales. En ella participarán personas que han sufrido un ictus, familiares, representantes de Adacen y profesionales sanitarios de diferentes perfiles y niveles asistenciales.
Asimismo, este jueves y viernes se instalará por la mañana, entre las 10 y las 14 horas, una carpa divulgativa para entregar material informativo. El jueves estará ubicada en el vestíbulo de la Clínica Ubarmin y el viernes en el del antiguo Hospital de Navarra. Finalmente, en este último lugar, el Coro Salus-Abeslariak dará un recital el viernes, de 9.30 a 10 horas.
NUEVA SALA DE ANGIOGRAFÍA EN EL HOSPITAL
La gran mayoría de los ictus se atienden en el Hospital Universitario de Navarra, centro de referencia en esta patología para la población navarra y, también, centro de tratamiento endovascular para La Rioja, en virtud del convenio existente entre ambas comunidades.
Recientemente, gracias al Plan de Inversiones en Equipos de Alta Tecnología (INVEAT) se ha inaugurado en el centro una nueva sala de angiografía, con un angiógrafo biplano que mejorará la calidad del tratamiento, y su accesibilidad por parte de los pacientes.
El ingreso se realiza en la Unidad de Ictus (UI) del Servicio de Neurología, acreditada desde 2021 por la Organización Europea de Ictus y situada entre las pocas unidades del Estado que cuentan con esta credencial.
Durante y tras el ingreso se realiza un estudio focalizado en encontrar la causa del ictus, comienza la neurorrehabilitación, se tratan las complicaciones y se establecen las medidas de prevención y tratamiento a largo plazo. Estas fases incluyen también los primeros meses tras el alta, y requieren de una atención continuada e integrada que incluye a profesionales de Atención Primaria, Trabajo Social, y a diferentes especialidades hospitalarias.
La inmediatez e intensidad con la que se inicie el proceso de rehabilitación mejora el pronóstico. El proceso de neurorrehabilitación continúa tras el alta en la unidad de rehabilitación de daño cerebral del HUN en Ubarmin, o bien en el Hospital San Juan de Dios. Consta de fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional, rehabilitación neuropsicológica y atención psiquiátrica. Aunque los mayores beneficios se dan en los primeros meses, la rehabilitación ha demostrado ser beneficiosa más allá del primer año tras un ictus, ha informado el Gobierno.
La Unidad de Calidad en Cuidados del Área de Enfermería del HUN y el Equipo de Ictus tienen desde 2020 como uno de sus principales objetivos avanzar hacia una atención centrada en la persona. Concretamente en fomentar las decisiones compartidas, la importancia de la experiencia personal, el respeto a los valores de la persona afectada y la individualización de la atención, teniendo en cuenta el entorno del paciente e integrando a su familia. Para ello se trabaja en colaboración con la Asociación de Daño Cerebral Adquirido de Navarra (Adacen).
SEGUNDA CAUSA DE MUERTE, PESE AL DESCENSO DE LA MORTALIDAD
El ictus es un problema de salud causado por una alteración repentina del flujo sanguíneo al cerebro, bien por obstrucción de una arteria por un trombo (ictus isquémico) o bien por ruptura de un vaso sanguíneo produciendo una hemorragia (ictus hemorrágico), lo que origina un daño cerebral, a menudo de forma permanente.
El 80% de los ingresos en la Unidad de Ictus del HUN corresponden a casos de ictus isquémico o accidente isquémico transitorio cerebral y el 12%, a casos de ictus hemorrágico. El resto corresponden a patologías que finalmente no tienen un diagnóstico de ictus, pero tienen similar sintomatología.
Según datos del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN), el ictus fue en 2021 la segunda causa de muerte tanto en hombres como en mujeres en la Comunidad foral. En ese año se diagnosticaron 1.129 episodios de ictus, de los cuales 1.015 correspondían a residentes en Navarra. El número absoluto de casos se mantiene estable sin un crecimiento significativo en el último quinquenio analizado, entre 2017 a 2021.
La mortalidad de esta enfermedad ha descendido muy significativamente en los últimos diez años. En Navarra, la tasa ajustada de mortalidad por esta causa (que considera el crecimiento de la población residente y su envejecimiento) entre 2018 y 2022 disminuyó un 12% en hombres y un 13% en mujeres. Este descenso se ha producido sobre todo en los ictus isquémicos, y es atribuible a la mejora de los tratamientos y de la calidad asistencial a estos pacientes.
Aun siendo una buena noticia, ha expuesto el Ejecutivo, el descenso de la mortalidad de esta enfermedad tiene como consecuencia que aumentan las personas supervivientes a un ictus con una discapacidad significativa y necesitadas de cuidados específicos. En líneas generales, de las personas que sobreviven al ictus un 50% permanece con secuelas, pero puede realizar vida autónoma, y un 25% queda con secuelas severas. Las secuelas pueden ser en una o múltiples áreas: motoras, en el lenguaje, las habilidades cognitivas (el ictus es la primera causa de demencia a nivel mundial), la conducta y personalidad, alteraciones sensitivas con dolor, y alteraciones del sueño.
IMPORTANCIA DE LOS FACTORES DE RIESGO
Las previsiones indican un aumento de los casos de ictus en Europa de hasta el 34% para 2030. Esto se debe al envejecimiento de la población, pero también al aumento de la prevalencia de los factores de riesgo de esta enfermedad. En este sentido, personas expertas señalan que más de un 80% de los ictus serían evitables si conocemos y tratamos sus factores de riesgo, por lo que la prevención es un factor esencial.
Los principales factores de riesgo modificables de la enfermedad son la hipertensión arterial, la obesidad, la diabetes, el colesterol alto, el consumo de tóxicos y el tabaquismo. Todos estos factores de riesgo están interrelacionados entre sí, y son causantes de otra patología en aumento que es una de las más frecuentes causas de ictus, la cardiopatía con fibrilación auricular.
Los estilos de vida que favorecen estos factores son la falta de ejercicio físico, el estrés y la falta de sueño, y la mala alimentación.
Los esfuerzos preventivos han de ser especialmente importantes entre las personas menores de 64 años, grupo en el que, tanto en Navarra como en España y otros países, los factores de riesgo están aumentando.